Hace tiempo que queríamos traer a este espacio a una banda tan especial como Grandaddy. Ha sido sin lugar a dudas una de las mejores y fundamentales bandas de finales de los noventa y principios de este siglo. De hecho, y aunque tienen otros discos igualmente notables, su disco The Sophtware Slump (2000) está considerado unánimemente por casi toda la crítica especializada como una de las obras maestras del pop de la última década.
Grandaddy se disolvía tras entregar su último disco allá por 2006. Aquel Just Like the Fambly Cat, si bien no fue un mal disco en absoluto, nos dejó a todos un poco fríos. Quizá por la rabia contenida de saber que algo tan especial tocaba a su fin, o quizá porque esperábamos más en el epílogo de un gran grupo como Grandaddy.
Jason Lytle, ex-lider de la banda, acaba de estrenar nuevo trabajo en solitario y ha venido con él a redimir nuestras atormentadas almas por la falta de su talento, el cual hemos recuperado con creces, a lo que se puede escuchar en este gran trabajo llamado Yours Truly, The Commuter (2009).
El “espíritu Grandaddy” no ha muerto y Jason Lytle acaba de entregar un trabajo grandioso, que va en la misma línea de los mejores Grandaddy, totalmente inspirado, continuista y fiel a su estilo.
Volvemos a escuchar su particular voz quebradiza, frágil, algo escondida tras la catarsis sonora que la que se hace arropar. Nos transmite melancolía a la par que luminosidad, en un paradójico duelo de sentimientos. Pero también nos hace sentir que esa clase de música pop bien construida, cuidando mucho los arreglos, tirando en ocasiones a lo sinfónico y con un sonido en apariencia analógico, se puede seguir haciendo siempre y nunca va a dejar de hacerse.
Jason Lytle sigue haciendo algo parecido a un pop-rock suave, escondido en un universo algo espacial. Electrónica inocente flota sobre las atmósferas acústicas, a menudo acompañadas de mágicos coros. Me recuerdan a una Electric Light Orchestra actualizada, con toques que nos pueden llevar a la sutileza sinfónica de Mercury Rev, aunque a veces aparecen pasajes más enérgicos, más cercanos a la parte rock de la genérica, ambigua y un tanto insulsa palabra “pop-rock”.
El disco no aburre para nada y tiene un variado repertorio: pop, rock, country, baladas, folk son los diversos caminos que va siguiendo. Pero todas las canciones son muy buenas; están arropadas bajo un manto cohesivo y unificador que les otorga carisma, solidez y mucha personalidad. Totalmente reconocible a varios años luz de distancia. La producción es meticulosa y el sonido es excelente. Todas estas cualidades siempre han sido marca de la casa, del estilo inconfundible de Jason Lytle.
En fin, nos visita hoy en EL BOSQUE uno de los mayores talentos musicales en su estilo que conocemos. Su obra musical es muy buena, muy bien construida y encima es fácil de digerir. Jason Lytle y su obra deberían estar en boca y conocimiento de muchos pero, por las razones que sean, no es así.
Aquí está nuestra modesta y pequeña contribución a que eso cambie y te ofrecemos la oportunidad de que disfrutes de este universo particular que sólo Jason Lytle sabe crear y que, cuando habíamos llorado su desaparición, regresa de nuevo con todos nosotros.
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