Estamos seguramente ante el que puede ser el mejor debut del año. Y es esperanzador e ilusionante que una banda joven como esta, que está empezando a dar su primeros pasos, lo haga de esta forma tan valiente, contundente, casi osada. Mucho talento musical, oficio y carisma ensamblados, de tal forma que parece un grupo ya veterano, de esos que ya se permiten casi cualquier cosa y que siempre acaban por gustar a sus admiradores.
El debut homónimo de The xx es un disco muy personal y en el que no podemos reconocer fácilmente el estilo. Es un trabajo espontáneo que, en determinados pasajes del mismo, resulta muy adulto y, en otros, resulta más naif o juguetón.
Nos gusta haberlos descubierto, porque nos hace entrever que tenemos mucho futuro pop por delante y que los nuevos grupos, aunque siempre subyacen las lógicas bases históricas y beben en las pertinentes fuentes, tienen ese punto de frescura y nuevas ideas que ofrecer.
El disco parece haber sido compuesto y grabado con una gran libertad para crear, fantasear, imaginar, para dar forma al sonido. Es un gusto el escuchar a artistas como estos que no hacen la música de moda al dictado de determinados patrones destinada a las mayores ventas posibles, sino que dejan volar su imaginación, permiten que salga su espíritu artístico y su música es un reflejo de sus sueños.
Puede ser cierto que, al principio, nos cueste un poco entrar en los escenarios que plantean. Sus canciones parecen habitaciones en penumbra, casi a oscuras, pero… no del todo. Al principio no vemos mucho, pero a medida que se va acomodando la vista, van apareciendo los volúmenes y las formas de un pequeño mundo fantasmal, ingrávido, fantástico. Los colores, inicialmente claros y difuminados, van absorbiendo la luz y van cobrando paulatinamente intensidad; la niebla que nos recibió se va disipando y finalmente nos envuelve una atmósfera emotiva, emocional y muy intimista. Flotamos y empezamos a sentirnos más cómodos…
El disco no se hace en absoluto aburrido, nos envuelven esos frescos y mágicos sonidos, esos toques de shoegazer, esas evocadoras conversaciones entre las voces femeninas y masculinas. Cuando termina, queremos más...
Es sorprendente como se puede conseguir transmitir tantas sensaciones con esta sencillez. Prestemos atención a estos The xx, sin duda una de las mayores y agradables sorpresas musicales que nos hemos llevado en este año 2009.
El debut homónimo de The xx es un disco muy personal y en el que no podemos reconocer fácilmente el estilo. Es un trabajo espontáneo que, en determinados pasajes del mismo, resulta muy adulto y, en otros, resulta más naif o juguetón.
Nos gusta haberlos descubierto, porque nos hace entrever que tenemos mucho futuro pop por delante y que los nuevos grupos, aunque siempre subyacen las lógicas bases históricas y beben en las pertinentes fuentes, tienen ese punto de frescura y nuevas ideas que ofrecer.
El disco parece haber sido compuesto y grabado con una gran libertad para crear, fantasear, imaginar, para dar forma al sonido. Es un gusto el escuchar a artistas como estos que no hacen la música de moda al dictado de determinados patrones destinada a las mayores ventas posibles, sino que dejan volar su imaginación, permiten que salga su espíritu artístico y su música es un reflejo de sus sueños.
Puede ser cierto que, al principio, nos cueste un poco entrar en los escenarios que plantean. Sus canciones parecen habitaciones en penumbra, casi a oscuras, pero… no del todo. Al principio no vemos mucho, pero a medida que se va acomodando la vista, van apareciendo los volúmenes y las formas de un pequeño mundo fantasmal, ingrávido, fantástico. Los colores, inicialmente claros y difuminados, van absorbiendo la luz y van cobrando paulatinamente intensidad; la niebla que nos recibió se va disipando y finalmente nos envuelve una atmósfera emotiva, emocional y muy intimista. Flotamos y empezamos a sentirnos más cómodos…
El disco no se hace en absoluto aburrido, nos envuelven esos frescos y mágicos sonidos, esos toques de shoegazer, esas evocadoras conversaciones entre las voces femeninas y masculinas. Cuando termina, queremos más...
Es sorprendente como se puede conseguir transmitir tantas sensaciones con esta sencillez. Prestemos atención a estos The xx, sin duda una de las mayores y agradables sorpresas musicales que nos hemos llevado en este año 2009.
http://www.myspace.com/thexx
http://thexx.info/
3 comentarios:
El disco de The xx me parece formidable, creo que consiguen crear en todas sus canciones una atmosfera que al mismo tiempo es fuerte y delicada, yo tambien creo que es EL DISCO DEL AÑO y me tiene "enganchado" ya varios meses. Sinceramente no esperaba una crítica de un grupo con tan poca trayectoría en tu blog, pero me encanta (el disco y el blog).
Un saludo.
Es un disco encantador. Así da gusto. El disco del año para mí es, sin lugar a dudas, «Let´s change the world with music», de Prefab Sprout. Saludos. Ana.
Uno de las sorpresas del año, sin lugar a dudas. Para mí, el mejor debut, junto a Leisure Society que han editado un disco musicalmente monstruoso llamado "The Sleeper" (estamos preprarando la reseña), aunque menos sorpresivo e innovador, pues está muy en la línea pop-folk preciosista que tanto nos gusta por estos lares.
Un saludo,
-Maurus
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