lunes, 20 de junio de 2011

Elbow - Build a Rocket Boys!


Elbow son un claro ejemplo de perseverancia. Desde aquel Asleep In The Back (2001) han pasado 10 años y nunca han dejado de dar muestras de su enorme calidad, talento y carisma... disco tras disco.

Por fin lograba Elbow en 2008 recoger los merecidos frutos, con su magnífico disco The Seldom Seen Kid,  por el que recibió el Mercury Prize además de ocupar el primer puesto de los mejores discos de ese año en muchos medios. Nos encantó ese disco y ya lo resñábamos en su momento. Su música se abría un tanto y les acercaba a un abanico de público más amplio.

Una vez hubieron conseguido alcanzar las mieles del éxito, teníamos curiosidad por ver y escuchar lo que Elbow iba a hacer a partir de entonces.  Nos preguntábamos…  ¿van a poder mantener un listón tan alto?

Pues bien, ya ha llegado el momento, pues tenemos ante nosotros a su quinto trabajo: Build a Rocket Boys!  Y, por suerte, podemos constatar que aquí hay más trabajo sólido en la misma onda y, en ocasiones, incluso con matices mejorados. Experiencia, personalidad, arte y oficio no faltan.

Siguen siendo canciones que iluminan los espacios vacíos; siempre esas estructuras cristalinas, expansivas, guitarras sinuosas, bajos introspectivos, teclados perfectos, goteados y siempre atinados; bellas y texturadas atmósferas, sobrecogedores coros, una pequeña dosis de experimentación y la voz histriónica de Guy Garvey, un verdadero instrumento más… Es además una de esas voces con tanto carisma y personalidad que nada sería igual sin ella.

La verdad es que suenan de locura, sólidos, con clase, al estilo de aquellas superbandas que pululaban las flores de los 70. Música intensa y de aromas progresivos, pero que no renuncian a nada y son innumerables los matices que despliegan. Preparaos a descubrilos...

Build a rocket boys! puede que requiera algo de paciencia al principio, es decir, no es un disco fácil que entre a la primera, sino que requiere varias escuchas para tomarle bien el pulso. Después notas que se va adhiriendo lentamente como melaza a nuestro reproductor y creo que un tiempo va ser costoso despegarlo de él.







jueves, 9 de junio de 2011

Fleet Foxes - Helplessness Blues

Hace ahora tres años, desde Seattle, irrumpía en el panorama musical una banda que respondía al nombre de Fleet Foxes. Muy pronto se convertirían en un fenómeno musical y -algo que  muy es difícil- casi todas las revistas musicales especializadas encumbraban a su disco de debut entre el primer y segundo puesto en sus selecciones de lo mejor del año y hablaban de ellos como la gran revelación de la temporada.

Para nosotros tampoco pasó desapercibido ese disco y lo reseñamos como uno de los mejores de ese año 2008.

Y en 2011 Fleet Foxes se enfrentan contra ellos mismos, porque somos muchos los que esperamos que no defrauden las altas expectativas que nos crearon con su primer trabajo. Tenían que demostrar que no se trataba de lo que se conoce como un nuevo hype, es decir, que no eran uno de esos productos musicales de nuevas tendencias arropado por orquestadas campañas de publicidad o marketing, sin que verdaderamente debajo de todo ello haya verdadera sustancia musical.

Pero su nuevo trabajo llamado Helplessness Blues despeja las dudas. Vuelven a hacer todo un señor disco, con grandes toques de instrumentación y arreglos, perfectas  armonías vocales y una gran inspiración creativa. Han tratado por todos los medios de demostrar que son mucho más que una moda y, si ya nos convencieron con su primer disco, lo vuelven a hacer ahora con creces. Están entre las mejores bandas que existen ahora mismo,

Robin Pecknold, líder de la banda, ha retrasado varias veces la salida del disco, previsto para principios de 2010, pues ha querido repasar y repensar una y otra vez, junto al resto de la banda, los arreglos y la composición de varias de las canciones que componen esta magna y cohesionada obra.

Nos encanta el disco y el estilo de música que hacen. Un fascinante viaje en el tiempo donde la armonía folk de herencia californiana se casa con cuidadosos trazos impresionistas de góspel y blues, con toques incluso jazzísticos en ocasiones, con una gran variedad instrumental y de recursos; todo ello sin dejar de sonar naturales, dando muestras del mejor pop vibrante y espontáneo, siempre emocionante y evocador.

Os recomendamos investigar y escudriñar este gran disco. Tened los oídos abiertos y sólo haréis que descubrir maravillas. Pasará mucho tiempo hasta que podamos disfrutar de otro disco así…







Montezuma