Beach House, sin duda una de los mejores propuestas pop que
hemos escuchado en los últimos tiempos. Su carrera, de la que ya nos hemos
hecho eco aquí en EL BOSQUE, ha tenido una clara, vertiginosa y yo diría que
prodigiosa proyección hacia arriba, sonando cada vez mejor, matizando y reafirmando más y más su estilo en cada entrega.
Han pasado de ser una propuesta interesante allá por 2006
cuando debutaban, que mejoraron con aquel magnífico Devotion (2008), a
alcanzar una cima creativa difícil de superar con el maravilloso y ensoñador Teem
Dream (2010) que han mantenido de forma sublime con el nuevo disco Bloom
(2012), manteniendo un regularidad –un disco cada dos años- sin desgaste
alguno, más bien al contrario.
Desde luego, el sonido es fascinante y lo consiguen a base
de crear unas atmósferas íntimas, personales y totalmente emocionantes. Impresionante
conjunción de teclados y guitarras quasi extraterrestres que te transportan a un
lugar repleto de sueños, de paisajes multicolor solo imaginados en otros mundos, donde se tejen auténticas capas de
sentimientos y emociones, capaces de atravesar la densa niebla para acabar por penetrar
en tu alma. Te sientes flotar, diríase que ingrávido, y el tiempo parece pasar
a distinto ritmo cuando logras meterte dentro del pequeño mundo que crean con
cada una de sus canciones. Verdadera
orfebrería, verdadera odisea 2012 en el espacio musical.
No es épica, sobreproducción o grandilocuencia; tan solo es
pop, puro pop, el arte que tanto defendemos en este espacio haciéndose justicia
a si mismo, alcanzando el éxtasis, reivindicándose como una de las mejores cosas
que el ser humano es capaz de hacer.
Alex Scally y Victoria Legrand, el dúo de Baltimore que responden al infantil nombre de Beach House, nos han vuelto a dejar enamorados, anonadados y ya nos sabemos dónde puede estar su límite creativo.
El disco ya te deja boquiabierto cuando, nada más empezar,
irrumpe la trepidante Myth que fue el tema que la banda
ofreció como adelanto de este trabajo, con un ritmo fácil de digerir, muy directa, contagiosa. La fiesta no ha hecho sino
empezar. Los invitados van llegando poco a poco y el disco está lleno de
momentos brillantes y notablemente inspirados.
Pero nuestra parte favorita está al final del mismo,
totalmente antológica, con ese trío compuesto por Wishes, On The Sea (apoteósica,
exultante, no os la perdáis) e Irene.
Hemos
entrado a su página web y nos ha encantado ver ese corto/documental grabado en
el desierto de Texas, producido por Pitchfork TV, llamado Forever Still. Tiene
como inspiración el Live at Pompeii de Pink Floyd, cuya evocación hace que aún nos parezca
más maravilloso, esa simbiosis, esa búsqueda de conjunción entre su música y esos paisajes desolados, sin
aparente vida, donde ésta emana de la música.
2 comentarios:
Beach House es sin duda uno de los mejores grupos del pop actual. Merece la pena sentarse y escucharles sin prisa, de forma relajada. Su música es intimista genial, profunda, me encantan.
Excelentemente elegidos Maurus.
Saludos
Están en un momento de forma excelente. Teen Dream, su disco anterior, es uno de los mejores y más inspirados discos de los últimos años y este Bloom no se le queda demasiado atrás, es también un discazo.
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