jueves, 23 de diciembre de 2010

Joanna Newsom – Have One On Me

  

Joanna Newsom ya nos dejó un gran recuerdo con Ys, aquel maravilloso y peculiar disco que se marcó allá por 2006. Aquella grácil y enigmática chica de una belleza un tanto especial,  aquella chica pegada a su arpa, que desgranaba sus melodías rodeadas de grandes orquestaciones y arreglos a cargo de Van Dyke Parks. Entonces fue cuando la conocimos y nos produjo una sensación que fue de la inicial curiosidad hasta irnos quedando paulatinamente impactados, casi hipnotizados. Recuerdo que el disco causó un gran revuelo en el panorama musical independiente y que era del agrado de gente con muy distintos gustos musicales. Fue uno de los grandes discos de aquel 2006.

Un poco de historia


Joanna Newsom comenzó a tocar el arpa a los 7 años de edad. Estudió música y escritura creativa en el Mills College. También toca el piano y el clavicordio.

Nació en el seno de una familia dedicada al mundo de la música: su madre era pianista y su padre tocaba la guitarra. Joanna comenzó a tocar el piano desde muy niña hasta que se enamoró de los sonidos del arpa, convirtiéndose en su adolescencia en una gran especialista del instrumento. Su curiosidad y ansias de conocimiento musical fueron amplias ya desde su niñez, estudiando sonidos de diferentes lugares del planeta, como la música celta, senegalesa, venezolana o el folk de los Apalaches, esa importante cordillera situada en el este de Norteamérica.

Después de una gira con nada menos que Will Oldham (Bonnie Prince Billy), Joanna firmó rápidamente con el sello Drag City y lanzó su álbum de debut The Milk-Eyed Mender en 2004. Poco después, Newsom hizo una gira junto a Devendra Benhaart y Vetiver. A lo que se ve, siempre ha estado muy bien rodeada de grandes músicos y eso, a buen seguro, algún poso habrá dejado en ella.


¿Cómo es su música?

Pues la verdad es que es difícil de definir y más para alguien que se enfrente a ella por primera vez. Es una especie de folk naif y poético, transcrito inocentemente con su voz aniñada, enriquecido con trazas bluegrass, jazz, sonidos celtas, africanos y otros tradicionales americanos. Delicados y sutiles contrapuntos que flotan sobre el mar de notas que emana de su arpa, sobre armonías de piano o sobre alfombras tejidas en base a arreglos cuerdas.

Los temas suelen ser largos, muy elaborados, y algunos se tornan bastante oscuros. Otros se esconden bajo patrones de melancolía, la cual es expresada a través de los bajos sonidos del arpa. Cascadas de notas, momentos más delicados y bellos, -hechizantes melodías, capaces de atraparte desde el primer segundo- conviven en su obra con otros momentos más animados y, con otros, que son hermosos cuentos de hadas que se vuelven tenebrosos…

Pero… ¿y la voz de Joanna? Podemos contar lo que queramos para tratar de describir su música (y a fé que lo estamos intentando) pero difícilmente hemos escuchado una voz como la suya. Inocente vocecilla, casi infantil, que trasmite lírica y poesía por doquier, como si de un juglar del pop se tratase. Ambiente campesino que evoca hermosas imágenes visuales.

Su nuevo disco

Desde aquel Ys, Joanna ha tardado varios años en obsequiar a nuestros sentidos con un nuevo trabajo, pero por fin está aquí.: Have One On Me (2010) que se descuelga, nada más y nada menos, que con un triple disco, 18 temas en total.

Es posible que la música de Joanna Newsom no entre a la primera, requerirá varias escuchas y es posible que su medicina tenga que ser tomada en pequeñas dosis. Pero no tiréis la toalla a las primeras de cambio. Dadle el tiempo que se merece y estamos seguros de que vais a descubrir poco a poco su maravilloso mundo.


Have One On Me es un disco denso y que requiere dedicación; no se trata de canciones folk comerciales o de baladas facilonas que entran enseguida. Es un trabajo hecho a conciencia, realmente un muy profundo viaje donde una joven proyecta sus emociones en un montón de historias y lugares bastante distantes de lo real. Estamos en unos tiempos donde solemos ir acelerados, sobrepasados, sin paladear muchas situaciones ni aún menos vivirlas intensamente; no nos damos cuenta de las muchas cosas buenas que están ahí y no reparamos en su belleza. Detengámonos a obsequiarle a esta doncella un poco de nuestro tiempo para apreciar su obra. Uno de los mejores discos del año sin duda...