jueves, 27 de noviembre de 2008

Elbow - The Seldom Seen Kid

Volvemos a la actualidad y lo vamos a hacer con el que puede ser el mejor disco de este año 2008. Se trata de The Seldom Seen Kid del grupo Elbow.

Llegan procedentes de Manchester con un sonido siempre innovador -inevitables reminiscencias aparte- que se ha ganado la admiración tanto de la crítica especializada como la de otros artistas de renombre como REM, U2, John Cale o Blur, entre otros.

El quinteto se conoció en el colegio y empezaron a hacer música bajo el nombre de Mr. Soft, para más tarde pasar a llamarse Elbow. Hicieron 3 EP's de gran éxito y poco después debutaron en el mercado discográfico de la mano de V2 con su álbum Asleep In The Back (2001). ¡Qué gran disco! No os lo perdáis, si tenéis oportunidad de conseguirlo.

Más tarde editaron su segundo y tercer álbum Cast of Thousands (2003) y Leaders Of The Free World (2005) y ahora en 2008 nos han presentado su último trabajo The Seldom Seen Kid, que está llamado a figurar entre los mejores del año y no podíamos dejar de presentar aquí en EL BOSQUE.

La música que realiza Elbow está definida como Dream pop, aunque las etiquetas en si mismas son algo injustas, y más en el caso de una música con tantos matices como esta. Lo mejor que podemos hacer es hacernos con su último disco The Seldom Seen Kid y disponernos a degustarlo y desgranarlo pieza por pieza. Además, el arte de la portada y el libreto que incluye el disco son muy buenos y acompañan mucho en dicha tarea. Os aseguramos que no os va a defraudar.

La base de la música de Elbow es una atmósfera rock, pero muy apoyada en elementos orquestales y con una muy cuidada producción, muy al detalle. A menudo aparecen voces suaves o susurrantes, guitarras con ecos, coros y sonidos de sintetizadores, sin abusar y en su justa medida. Muy buena la instrumentación en general. La música que realizan es difícil de explicar y se nos hace arduo definirla. Sólo podemos añadir que es un grupo que suena de maravilla. Los altavoces del equipo HI-FI casi no pueden digerir tan rico, lleno y rebosante sonido. Su música tiene muchos recursos, mucha solidez; suenan con clase y a clásico. Elbow es la antítesis de lo mediocre.

Mucho me recuerda la voz del cantante Guy Garvey a la de Peter Gabriel y la música que hacen en muchos pasajes (y quizá incoscientemente por ende) a aquellos maravillosos primeros discos de Génesis. También hay algo de reminiscencias a Radiohead, con quienes disputaron (y ganaron) el premio Mercury Music Prize, que se otorga al mejor disco británico o irlandés del año.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Descubriendo a The Ladybug Transistor

Hace ya algunos años escuchaba el disco The Albermale Sound y descubría así a The Ladybug Transistor, nuestros visitantes de hoy en EL BOSQUE. Recuerdo que, mientras escuchaba la canción Today Knows, lo primero que se me vino a la cabeza fue: “Qué maravilla…¿Cómo he podido vivir yo si conocer esto antes?”. Y hasta la portada del disco me parecía preciosa y en esa línea de arte pop que tanto nos gusta por aquí…

En mi mente se agolpaban las mayores exquisiteces de aquél pop psicodélico de finales de los 60, pero con un sonido más actual y una voz, la de Gary Olson, adictiva, hipnotizante y que brillaba con luz propia por encima de toda aquella hermosa instrumentación. Quizá, junto a John Grant de The Czars (otros que habrán de visitar este espacio), sean mis voces masculinas actuales preferidas.

La historia de The Ladybug Transistor comienza en Brooklyn (Nueva York), a mediados de los noventa. Empiezan con Marlborough Farms (1995), que se tituló como la ya legendaria casa victoriana que es cuartel y estudio de la banda. Fue un proyecto en torno a Gary Olson en colaboración con algunos amigos.

Fichan después por el prestigioso sello Merge Records (Arcade Fire, Magnetic Fields, East River Pipe, Dinosaur Jr.,...), el cual publica su siguiente álbum: Beberley Atonale (1997), un gran disco de aires puramente psicodélicos, muy sólido y con mucha pegada. La cosa marcha, va a más y fue entonces cuando The Ladybug Transistor se convirtieron en una verdadera banda -casi en una pequeña orquesta- con los hermanos Jennifer y Jeff Baron, Sasha Bell, San Fadyl y Julia Rydholm, eran ya un sexteto y lo mejor estaba por llegar. Nos dejan entonces joyas como el mencionado The Albermale Sound (1999), Argyle Heir (2001) y el homónimo The Ladybug Transistor (2003), discos en los que fueron desarrollando y consolidando su particular estilo. Varios de los músicos integrantes de la banda se alternaban en las tareas de composición e interpretación. Cada vez sonaban mejor…

El pop con originales raíces psicodélicas, más oscuro, y con más “toques guitarreros” de sus comienzos, se iba aclarando y evolucionaba hacia sonidos cada vez más preciosistas, con gusto por lo instrumental, con ligeros arreglos jazzies, con coros, teclados, vientos y cuerdas. Atmósferas instrumentales sobre las que flota la voz de Gary Olson con aplomo, mientras un manto de guitarras hace el resto.

Crecidos los componentes de la banda, varios de ellos trabajan a la vez en proyectos paralelos: The Essex Green (que tienen tres preciosos discos de pop-folk), The Sixth Great Lake (de corte más country-folk de raíces) e incluso Sasha Bell hacía su propio proyecto personal bajo el nombre de Finishing School. Quizá por todo ello, en su penúltimo disco The Laduybug Trasnistor (2003) se denota un sonido algo diferente, más directo y homogéneo, una vuelta a la las guitarras sin descuidar los arreglos instrumentales; se perfila, en fin, una nueva etapa más claramente bajo la batuta de Gary Olson.
En 2007, precedido del magnífico EP Here Comes The Rain, llega el que hasta ahora es el último disco de la banda, Can't Wait Another Day, que viene a afianzar aún más el sonido del anterior disco y en él The Ladybug Transistor avanza unos pasos más allá en la búsqueda del pop perfecto.

Vídeo: Always On The Telephone


viernes, 7 de noviembre de 2008

Concierto: Martha Wainwright


EL BOSQUE ha estado en el concierto que ha ofrecido Martha Wainwright el 7 de Noviembre en la sala Joy Slava de Madrid.

Os contamos nuestras impresiones del concierto...

Eran poco más de las 10 de la noche y salía Martha al escenario con una de sus varias guitarras acústicas. Y lo hacía sola, en silencio, sin sus músicos, que quedaban esperando en la trastienda… Empezaron a vislumbrase las primeras notas de I Wish I Were, el tema que cierra su último disco. Era una versión de corte acústico, sin más instrumentos que su guitarra y su peculiar, versátil -y quizá poco ortodoxa- forma de desgranar las frases, con una voz llena de carácter, llena de matices, capaz de alcanzar un amplio espectro de registros. Era Martha, en todo su esplendor y con todas sus armas. El esperado momento no había hecho sino empezar…

Hizo varios temas –como This Life, impresionante- de esta guisa, con su voz y su acústica, pero las canciones no desmerecían en absoluto a las versiones de estudio con todos los arreglos instrumentales. Sólo así llena una barbaridad el espacio circundante. Se nota que esos temas han nacido así, desnudos, emanando de esas cuerdas, de esas manos, de esa voz y de ese tremendo talento.

El resto de músicos se incorporó al escenario y Martha fue haciendo un repaso por todas las canciones que conforman su último disco I Know You're Married But I've Got Feelings To, incluído el See Emily Play, homenaje a Syd Barret (Pink Floyd).

La interpretación fue magistral, así como el sonido y pudimos disfrutar de un concierto genial en todos sus aspectos, a pesar de ser una puesta de escena de corte sencillo. Se nos hicieron muy cortas las casi dos horas que estuvo en el escenario y es que la calidad y ese toque de chispa de todos y cada uno de sus temas es increíble.

Martha Wainwright tiene un gran talento no solo interpretatitivo, sino también a la hora de componer y las canciones son auténticos monumentos arquitectónicos. Flirtea sin paliativos por el folk, pop, country, rock, blues o soul… y todo sonando realmente cohesivo, coherente y convincente.

Y tras el fastuoso Factoy, finalizaba el concierto de forma algo inopinada con Dis, Quand reviendras-tu?, que es una tema de esos bonus-rareza de la edición especial de su primer disco, con una base de piano y cantado en francés y que nos puso a todos los pelos "como escarpias". Pero todo tiene un final y este espectáculo lo encontró aquí...

En definitiva, un concierto sencillo, pero apasionante, emocionante y muy bien ejecutado. Ganas nos dieron de volar hacia Barcelona, donde al día siguiente volvía a tocar en la sala Bikini...

Fotos


Fotos tomadas por nosostros en la actuación en la Joy Slava de Madrid

Vídeos


When The Day Is Short



In The Middle Of the Night



This Life

(Los vídeos anteriores corresponden a la actuación en Glasgow)

Y para finalizar...

Black Cab Sessions. Chapter Fifty-one.
(Documento: Martha canta en la parte trasera de un Taxi)


Últimas noticias en la web oficial:
(¡¡¡Hay mucho material!!!)

Diario de Martha sobre el Tour que está realizando: