martes, 17 de marzo de 2009

Antony and the Johnsons - Crying Light

Antony Hegarty, Antony And The Johnsons, es uno de esos artistas que pueden calificarse de especiales. Podríamos tratar de buscar reminiscencias y seguramente algunas encontraríamos, pero no sería justo. Su personalidad musical compositiva e interpretativa está fuera de toda duda; es sencillamente aplastante y, al contrario que buscar comparaciones, es él quien nos deja su personalidad, su impronta, su aplomo, su referencia y su sello personal.

Han pasado ya más de tres años desde que nos cautivara a todos –propios y extraños- con aquel fantástico I Am a Bird Now (2005), ganador del premio Mercury Music Prize. Además, uno de los temas de este disco (Hope there’s someone) aparecía en la banda sonora de la película “La vida secreta de las palabras” de Isabel Coixet.

Y ahora, en 2009, The Crying Light es uno de los discos más anhelados del año. No hay que buscar muchas innovaciones en este nuevo disco, pero tampoco las esperábamos. Ahí está su personal registro vocal, sus íntimos lamentos; canciones de tono melancólico, emocional, llenas de alevosa nocturnidad; canciones atormentadas, líricas, a veces oníricas, a veces con esa luz que sale de una densa niebla que, poco a poco, se va disipando. Canciones, en fin, marcadas por su peculiar voz, sobre una rica instrumentación siempre con ese aderezo de cuerdas envolvente y siempre arquitectónicamente sustentada por un armazón de piano.

En la portada del disco nos encontramos con una impresionante imagen del bailarín de Butoh (danza de la oscuridad), Kazuo Ohno, tomada por Naoya Ikegami en Tokio en 1977. Su llamativo rostro y postura reclinada dicen que invoca simultáneamente la cuna, la sepultura y la trascendencia. El propio Antony comenta que, viendo actuar al bailarín, le vio emitir un círculo de luz sobre el escenario, meterse en el círculo, y revelar los sueños y meditaciones de su corazón. Parecía bailar en el foco de algo misterioso y creativo. Así pensó en llamar al disco The Crying Light.

Antony And The Johnsons puede gustar más o menos y hasta es posible que debamos requerir un especial estado de ánimo para disfrutar más de su música. Podemos incluso alegar que trabaja siempre los mismos recursos para construir sus canciones o que a, a veces, pudiera parecer repetir una misma escena tomada desde otro ángulo distinto.

Pero nadie puede negar, como decíamos al principio de esta reseña, que se trata de uno de los artistas más especiales que existen, actualmente sin rival ni parangón alguno.

sábado, 14 de marzo de 2009

Trembling Blue Stars - Last Holy Writer

Nos gustan los artistas valientes, aquellos que no se ciñen al manual, que no son artistas de libro, los que son capaces de crear atmósferas en las que, cuando te sumerges y te dejas llevar, te pierdes en ellas por un buen rato. Nos gustan las obras en las que cada canción no es previsible a priori y requiere una escucha atenta para tratar de imaginar lo que el artista nos quiere transmitir.

Bobby Wratten, líder de Trembling Blue Stars, es uno de ellos. Nos encantó aquel maravilloso The Seven Autumn Flowers (2004) y volvimos a quedar prendados con el siguiente disco, su más reciente trabajo The Last Holy Writer (2007). Va a ser cuestión de investigar su discografía entera…

Los pasajes de su música son excelentes desde el punto de vista de la creatividad y de la composición musical. Su producción muy cuidada, muy delicada, con arreglos y efectos electrónicos, pero en su justa medida.

El disco pasa por pasajes de una latente oscuridad, para en otros dejar espacio al optimismo y a la luz. Piezas a veces desoladas, a veces evocadoras; pasajes melancólicos, intimistas; otras veces simplemente preciosos, rozando la perfección. Hay electrónica, si, pero hay también excelentes arreglos de guitarras (acústicas y eléctricas), espléndidas líneas de bajo, órganos, partes instrumentales, arreglos de cuerda, coros…

Perfectos ingredientes cuando además se saben cocinar con la maestría de Bobby Wratten, que deja planear su sugerente voz sobre ellos, relevado en algunos por la dulce voz de Beth Arzy, lo que le da aún más sensación de cohesión de grupo al disco.

http://www.myspace.com/tremblingbluestars


martes, 10 de marzo de 2009

Deerhunter - Microcastle


Deerhunter nacen en el año 2001, fundados por Bradford Cox y Moses Archuleta. Son originarios de Atlanta y es una banda que hace una música muy interesante, con un estilo que se mueve entre el shoegazing (esa música con un barniz de guitarras de trasfondo), el post-punk , el post-rock, la psicodelia, lo experimental y un poco en ese ambiente que llaman Noise. Etiquetas siempre subjetivas y frías, pero que hemos de comentar a título orientativo para que sepamos un poco de que estamos hablando.

Pareciera, pues, un poco lejos de la onda habitual de EL BOSQUE, pero no es así. POP -y de ahí su magia- es un amplio concepto que permite la confluencia de una gran variedad de músicas o estilos en torno a él. Corresponde al artista el hacerlos o no creíbles juntos.

Brad Cox, cantante, guitarrista y alma de Deerhunter, a buen seguro ha escuchado mucho a artistas como Sonic Youth, Pavement o Syd Barret.

Microcastle (2008) constituye el tercer disco del grupo y en él parece que han cuajado los esfuerzos experimentales desarrollados a lo largo de su trayectoria. Yo veo aquí simplemente grandes canciones; menos arduo, menos nieblas sónicas, más accesible y mucho más luminoso que experiencias anteriores. Definitivamente se nota ese menos jugar con el sonido –sin dejar de hacerlo- y una mayor decisión a la hora de hacer temas enormes como son los que se facturan en este disco.

Si alguien tiene dudas, que se apreste a oír la maravillosa Agoraphobia. Que maravilla de canción, que perfección y refleja mucho el espíritu de este disco.

Microcastle es para mí un muy buen disco, uno de los mejores del pasado año 2008, y muy audible cuando nos encontramos con el estado de ánimo oportuno. En fin, todo un descubrimiento positivo y, como todos ellos, lo traemos aquí para compartirlo con vosotros.

http://www.myspace.com/deerhunter