Después de aquel maravilloso The Sleeper (2009), con el que debutaron y con el que se metieron a toda la crítica en el bolsillo, la banda de Nick Hemming, The Leisure Society, vuelve de nuevo con su segundo trabajo Into the Murky Water (2011).
Un disco de pop delicioso y uno de los mejores que hemos escuchado en el pasado año. The Leisure Society vuelven a hacer nuestras delicias desde allende los bosques, con un pop de aire festivo, optimista y alegre, pastoral, sutil, delicado; otoñal o primaveral, según nuestro estado de ánimo, pero destilando grandes canciones pop en todo caso.
Como siempre aconsejamos, no tengamos prisa; vayamos grano a grano, tratando de escuchar lo bueno que en cada canción se nos quiere transmitir. Abandonemos las prisas; de nada sirve alamcenar ingentes cantidades de canciones o de discos y necesitar después diez vidas para poderlos escuchar todos. De nada sirve ir corriendo y pasar de puntillas por todo en la vida, sólo porque otras cosas “estén esperando”. Si así procedemos, nos daremos cuenta al final de que no hemos disfrutado de lo que teníamos en ese momento a nuestro alcance.
Flauta, mandolina, ukelele, cuerdas, bajos marcados y guitarras pop-folk dan forma a la base instrumental característica del sonido de esta banda. Grandes melodías y arreglos que se nos antojan realizados con una gran delicadeza y sensibilidad, con gran oficio, sabiendo lo que se hace, lo que se quiere conseguir. Este nuevo disco no es muy distinto del anterior por lo que el factor sorpresa disminuye, pero eso no es óbice para que podamos estar hablando de un disco totalmente recomendable a todos los amantes del pop.
Uno de nuestros favoritos discos puramente pop del año y uno de los que más han sonado sin césar en nuestro reproductor, acompañándonos como banda sonora en muchos de los últimos momentos de nuestra vida.
Disfrutadlo. Apuntémonos por un momento en esta "Sociedad del Ocio"…
Al hilo de la entrega anterior, andaba yo pensando en algunas de las mejores canciones que haya escuchado nunca y la verdad es que hay tantas y tan buenas – también tantos momentos o contextos distintos en los que puede apetecerte escuchar una u otra- que se hace muy difícil escoger.
Envuelto en un río de pensamientos encadenados, veo flotar en sus caudalosas aguas decenas de troncos etiquetados con los nombres de distintas canciones; de forma paulatina e in-crescendo empezaron a aflorar en mi mente las notas y los arreglos orquestales de Blackout, un tema que siempre me ha fascinado. Los autores, una banda llamada Muse.
Sin duda una de las mejores canciones que he escuchado en la última década... Quedo sin aliento y el flujo de pensamientos continúa sin darme apenas tregua, cuando un nuevo tronco se acerca flotando hacía mi posición; poco a poco puedo leer con claridad su leyenda: Unintented. Vaya, también una canción de Muse…
Si os parece, lo mejor es que las escuchemos antes de seguir:
Muse. Por supuesto, no descubrimos nada. Actualmente son una banda sobradamente conocida en el panorama musical y, como todas las grandes estrellas, despierta odios y pasiones; hay opiniones diversas sobre su propuesta musical, cambiantes según donde busques o a quien le preguntes. Resulta lógico, al ser un fenómeno de masas, muy popular y siempre en los mejores festivales. No, no es el artista habitual que tengamos que descubrir ahora aquí en EL BOSQUE.
Sin embargo (seguimos enredados en nuestros pensamientos), quien haya compuesto estas dos canciones que acabamos de escuchar, sin duda tiene que tener ser un genio. No puedo quitármelas de la cabeza. No sólo son preciosas, sino que están muy bien construidas y mejor interpretadas. Esto no lo hace cualquiera…
De modo que decidimos darnos una vuelta por la discografía de Muse. En algún tiempo anterior lo habíamos intentado, pero no habíamos terminado de congratularnos con su música. Así pues, nos ponemos de nuevo en marcha y os contamos los resultados de nuestra experiencia.
Nuestra opinión es que ha merecido la pena la travesía realizada bajo las aguas del río que nos trajo flotando a Muse. Pero os recomendamos que os deis un paseo con tranquilidad, sin prisas, sin hacer valoraciones prematuras, sin escuchar “trocitos” o canciones sueltas y sin hacer juicios apresurados.
A veces resultan desconcertantes o se vuelven demasiado barrocos, grandilocuentes, o abusan de esos excesos guitarreros, de los épicos “estribillos rock” o “subidones” con cierto toque comercial. Pero no, no nos vamos a quedar esta vez en eso.
Muchas de las canciones tenemos que escucharlas enteras porque tienen vida propia, llenas de cambios o inesperados desenlaces. Y unas cosas nos van a gustar mucho y, otras, no tanto. Pero seguro que, si contrastamos opiniones, van a ser diferentes nuestras canciones favoritas de Muse.
Adelante. Abandonamos la superficie de nuestro río imaginario y, a bordo de nuestro submarino, decretamos inmersión total en su música. Vamos a descubrir que tienen temas maravillosos, muy bien construidos y de una gran madurez compositiva, al alcance de muy pocos, buscando un sonido directo pero imposible, conceptual pero no aburrido. Hay que admitirlo, estamos probablemente ante una de las mejores bandas del mundo e intuyo que aún tienen mucho que entregar. Y Mr. Bellamy es un auténtico genio, un gran compositor y genial intérprete, no cabe duda.
Los tres integrantes del grupo son excelentes músicos, se notan sus tablas en los escenarios y lo bien que suenan tanto en estudio como en directo. Os voy a poner un vídeo donde interpretan el reseñado Blackout en el Wembley Stadium y veréis la gran puesta en escena y el magnífico sonido que despliegan:
No vamos a repasar en este espacio la discografía de Muse, para eso ya tenemos Internet y no tiene sentido repetir, cortar y pegar (ese vicio que tanto abunda en la información difundida a través de la Red). Preferimos mejor tansmitir y plasmar sensaciones, tratar de comunicar sentimientos, percepciones y opiniones que puedan ayudar a divulgar o contribuir a acercaros la música que más nos gusta, con sinceridad y cariño, y eso es lo tratamos siempre de reflejar preponderantemente en este espacio. Lo sabéis los viejos amigos de EL BOSQUE.
Queremos concluir diciendo que su último disco The Resistance (2009), a pesar de no haber recibido muy buenas críticas en algunos portales musicales de Internet, nos ha sorprendido gratamente.
Juegan con una gran variedad de estilos, es tremendamente ambicioso, arriesgado y creo que es un disco que no se ha comprendido bien debido a su inopinada diversidad y quizás también a que la gente esperaba que siguiera en la línea anterior repleta de rock-hits, tal como la exhibieron en su anterior trabajo Black Holes o Revelatioins (2006), mucho más homogéneo.
En cambio, en este The Resistence han hecho un poco lo que les ha dado la gana: han jugueteado con el rock y el pop, con la electrónica; han experimentado con coros y puentes a lo Freddy Mercury, fragmentos de piano de Chopin o riffs de piano que parecen inspirados en clásicos como Rachmaninov o Schubert, ofreciéndonos además ese final con una pieza cuasi-sinfónica llamada Exogénesis (Partes 1, 2 y 3), que a muchos habrá desconcertado. Si, estamos ante un prolífico compositor, ante un gran disco y que nos abre la esperanza de que, dentro de Muse hay todavía una gran veta musical por explotar y que tiene que darnos muy buenos momentos.
United States Of Eurasia (+ Collateral Damage)
I Belong To You (+ Mon Ceur S'ouvre A Ta Voix)
Exogenesis Symphony Part 3 (Redeption)
Endlessly
Los tres primeros temas pertenecen al comentado disco The Resistence, mientras que el último está dentro del disco Absolution (2003), donde también está el reseñado Blackout.
Por último, os vamos a dejar un único enlace, porque aquí están recopilados todos los más importantes, además de todo tipo de información histórica, biográfica, bibliográfica o de referencia que podemos querer consultar para conocer mejor a nuestros protagonistas de hoy.
Aunque hasta ahora no ha sido habitual en nuestro espacio (puede que adoptemos a partir de ahora esta sana costumbre), os vamos a dejar con una sola canción.
No tenemos por menos que rendirnos ante las inmensas canciones, el talento y la gran voz -enorme voz- de Adele. Dos discos lleva editados esta joven artista que titula sus trabajos según su edad y en 2011 nos deleitaba con este hermosísimo 21.
Si, portentosa voz, rebosante de matices y unas canciones realmente hermosas en su base pero que, cantadas por ella, tienen una riqueza infinita, llenan de luz toda oscuridad y ni la más leve poenumbra se atreve a asomarse.
Adele Laurie Blue Adkins (Londres, 1988) con sus cuerdas vocales es capaz de viajar con todo el poderío que se necesita de la balada romántica más pop al soul –terreno donde se encuentra más ubicada- con algunas incursiones jazzísticas, con todo el aplomo y con toda la convicción del mundo. Una gran artista.
Mientras recopilamos más novedades de lo mejor de este 2011, os vamos ha dejar con una de esas joyas ocultas que nos gastamos por aquí de vez en cuando. Os presentamos a The Duckworth Lewis Method.
Se trata de un disco de 2009, por lo que es bastante reciente. Es un proyecto formado por Neil Hannon -de nuestros adorados The Divine Comedy- y por su socio y compatriota irlandés Thomas Walsh.
Parecería que esto pudiera ser una aventura, un divertimento o alguna suerte de “rarities” para los más fans del amigo Neil, pero nada de eso… escuchadlo con interés, sin ideas preconcebidas, tema a tema y vais a comprobar realmente es un disco de pop enorme y es que parece que todo lo que toca Mr. Hannon lo convierte en oro.
Sin duda estamos ante una de las bandas más emblemáticas, respetadas y con más personalidad dentro del panorama pop-rock alternativo, ese campo donde encontramos tantas cosas que nos gustan, el mismo que no entendemos como no es más conocido y en el que tanto nos gusta transitar, descubrir y compartir para que tú lo conozcas mejor y lo disfrutes, porque hay joyas como esta que ningún aficionado al pop debería perderse.
Hablamos de Death Cab For Cutie, grandes señores del pop desde inicios de este siglo, gracias a verdaderos discazos como ‘The Photo Album’ (2001) o ‘Transatlanticism’ (2003). Posteriormente pasan a una multinacional para editar nuevos grandes discos como ‘Plans’ (2005) y ‘Narrow Stairs‘ (2008), del que ya nos hacíamos eco en su día aquí en EL BOSQUE.
Ben Gibard es un tremendo y carismático músico, con una forma de interpretar totalmente identificable. Gibbard no es sólo un gran compositor sino que crece en cada disco como arreglista, experimentador y como buscador de las posibilidades que ofrece un estudio musical.
Paralelamente, en 2003, participó en un proyecto de corte electrónico con el productor Jimmy Tamborello que se dió en llamar The Postal Service. Hicieron un disco que se llamó Give Up y que fue uno de los grandes del año. Incluso se dice que la discográfica que lo editó (Sub Pop) no vendía tanto desde la época en la que Nirvana lanzase su disco de debut también en esta misma compañía.
Death Cab For Cutie tiene claramente una orientación más pop–rock y que a nosotros nos gusta más. Álbum tras álbum se superan las composiciones frescas y directas y la banda hace enormes discos y grandes temas avalan su trayectoria. Os recomendamos encarecidamente que, si tenéis un ratito, os hagáis un viaje a través de su discografía.
Y en esteCodes and Keys (2011) no se quedan atrás. Verdaderamente, el disco es una auténtica maravilla y no sé cómo hemos podido tardar tanto en traerlo por aquí. Habrá quien piense que no supera discos pasados como 'Transatlanticism’ (considerada su obra maestra), pero no es menester lapidarse buscando comparaciones o volviendo la vista atrás.
Disfrutemos este disco Codes and Keys, es realmente tremendo y tiene un sonido increíble, marca de la casa. Nosotros no nos cansamos de oírlo, de explorar todos sus rincones, sus propuestas y siempre encontramos sorpresas.
Herman Düne es el típico grupo que dicho así, según suena, nadie parece conocer, pero que una vez indagas en su música, empiezas a ver que realmente sí que has escuchado muchas de sus canciones, sólo que no sabías que eran ellos los autores.
Está formado por los hermanos David- Ivar y Néman Herman Düne, tras la marcha del otro hermano André Herman Düne (que siguió en solitario bajo el nombre de Stanley Brinks) y que inexplicablemente se llevó la diéresis de la “u” de Düne. Sin embargo, nosotros hemos preferido seguirles denominando en su forma clásica con los dos puntitos sobre la “u”, porque así los vas a encontrar mayoritariamente si buscas más referencias de la banda por la red.
La historia de Herman Düne es un poco confusa y cuanto más lees sobre ellos más te puedes liar según las fuentes consultadas.
Por si tenéis curiosidad, a continuación van los datos que hemos encontrado sobre la saga Düne. El guitarrista y cantante David-Ivar formó junto a su hermano André el grupo hace más de diez años, pero la sonada salida de éste en 2006 (ahora Stanley Brinks), con la comentada pérdida de la diéresis en el nombre incluida, convirtió el trío de hermanos en dúo... formación que se mantiene en la actualidad. La nacionalidad de cada uno de los hermanos ha generado mucha confusión con el origen del grupo ya que David-Ivar nació en Suecia y Néman en Suiza pero, definitivamente, el dúo quiere a todos los efectos considerarse parisino, aunque durante una época se les sitúa residiendo en NY. En fin, no solemos hacer biografías de los músicos que nos visitan, que sobradamente se pueden encontrar en Internet, pero el caso de los Düne es especialmente enrevesado y ya era un poco por cabezonería. Incluso, he llegado a leer que realmente no son hermanos… ¿Alguien puede aclarar más datos sobre el tema o indicarnos si losque hemos expuesto están en lo cierto?
Bueno, vamos con la música y con las canciones, que es lo nuestro. Su estilo es muy reconocible y, cuando los oyes la primera vez, enseguida crees haberlos oído antes. Y probablemente sea cierto, pues ya llevan al menos once años en el mercado y tienen un montón de discos y de hits. Sin ir más lejos el pegadizo I Wish That I Could See You Soon, cuya música suena en el anuncio de una cerveza popular.
Sonoro éxito. Sin embargo sus canciones no pueden ser más normales, con una instrumentación bastante clásica, basándose en guitarras (limpias, sin distorsión), bajo, batería y la muy personal, optimista y peculiar voz de David-Ivar. Muchos de sus temas con ese sello de identidad que les da ese toque de ukelele, o las percusiones con cierto aire tropical.
En esta última entrega llamada Strange Moosic (2011) la banda no recurre tanto a los ritmos reggae ni a los instrumentos de viento y da máspreeminencia a sus guitarras. Los temas transcurren suavemente con muchas acústicas, o a veces con más electricidad de por medio, pero siempre con ritmos agradables al oído, muchos coros y estribillos que atrapan y enamoran en su primera escucha. Sus melodías están hechas con sencillez, humildad y sin avergonzarse de ello; transmiten inmediatez, pureza… y realmente tienen algo que te hace sentir bien al escucharlas.
Sólo tenéis que ver el fantástico vídeo protagonizado por un peluche azul para quedar seguramente prendados por su música. Y es que ese Tell Me Somenthing I Don’t Know, es una maravilla. Una de las mejores canciones del año.
Incluso, puestos a leer, he leído comentarios que hablan de Herman Düne como una de las mejores bandas del mundo… ¿Es para tanto? Seguramente sea un poco exagerado, pero os puedo asegurar que tienen momentos de inspiración en su obra que me han hecho pensar un poco en esa pregunta…
Nos complace recibir hoy a una de nuestras bandas favoritas de los últimos años: The Ladybug Transistor. Los de Brooklyn llevan quince años haciendo enormes discos, grandes canciones y elaborando preciosas melodías, siempre a la búsqueda de la canción perfecta.
Regresan después de 4 años con este Clutching Stems (2011) y, de nuevo, con cancionesPOP absolutamente magistrales, como lo es la misma Clutching Stems o la maravillosa Oh Cristina, por destacar las que más nos han impactado en las primeras escuchas, si bien el tono de todo el disco es muy compacto y en general está realmente muy logrado.
Parecen seguir, como nos gusta decir por aquí, a la búsqueda de la canción perfecta y no deben de saber que ya la encontraron varias veces antes en su ya larga trayectoria de 15 años y 7 discos… y mejor que así sea, que la sigan buscando y nos continúen ofreciendojoyas como estas, aunque espacien sus trabajos algunos años. No nos importa, sabemos esperar...
Clutching Stems no puede empezar mejor, y es que el tema que abre, y da título al álbum, es una de las mejores canciones pop que hemos degustado este año; siendo un tema sencillo, sin muchos alardes, tiene un toque melódico y un punto realmente vibrante, con una gran interpretación por parte de Gary Olson, una de las voces masculinas con mejor timbre del pop actual. Sólo los grandes cocineros del pop saben extraer esos toques de su talento y convertir lo sencillo en emocionante.
Aunque quizá mucha gente no conozca a Ladybug Transistor, nosotros hemos de hacernos eco y reivindicar su obra desde aquí, porque nos han ofrecido a lo largo de su carrera enormes discos y que ningún amante del buen pop debería obviar. Es uno de los sentidos que tiene este espacio y, si alguien puede descubrir algo nuevo que le emocione gracias a nosotros, nuestro trabajo habrá merecido la pena.
Esperamos que los disfrutéis tanto como nosotros, y sentimos sana envidia por aquellos que aún no los hayan descubierto,porque les quedan apetitosos pasteles por degustar.
Hace ahora unos 5 años queF.M. Cornog, quien firma sus trabajos bajo el pseudónimo East River Pipe, no se prodigaba con un nuevo trabajo, desde aquel What Are You On? (2006) y nos hemos alegrado enormemente de tener noticias de un nuevo disco suyo.
Al poco de iniciar nuestra andadura aquí en EL BOSQUE, ya tratamos de descubrir a este artista y escribimos una reseña especial a modo de cuento con princesa incluída, si bien aquí ella no es la rescatada, sino la rescatadora... y, aunque algo fabulado, está basado en la realidad. No, F.M. Cornog no tuvo una vida fácil pero, afortunadamente, se recuperó y volvió a ella de nuevo para dejarnos auténticas joyas musicales. No sabemos si existe el destino pero, en este caso, le damos las gracias…
Su nuevo disco llamado We Live In Rented Rooms (2011) no nos ha decepcionado en absoluto. Continúa la línea de sus trabajos anteriores, dejando canciones desnudas con sabor hogareño y que sigue construyendo él mismo en su laboratorio, en el mini estudio que tiene en su casa donde él toca absolutamente todo.
Música de autor, íntima, que acaricia el oído, que contagia melancolía, nostalgia e irradia belleza por doquier. Melodías delicadas, casi perfectas, que rozan en ocasiones lo sublime. Imagino lo que debe disfrutar en su mesa de mezclas, poniendo cada elemento en el lugar indicado: arreglos de guitarras por aquí, pianos por allá, teclados, sintetizadores, xilófono y flotando por encima el sutil toque de su voz, siempre jugueteando con el control de la reverberación.
Es ya su séptimo álbum -ahí es nada- y, como todos, es tremendamente carismático, delicado, emocionante y de una gran belleza. East River Pipe es uno de nuestros mejores descubrimientos y os invitamos a que escudriñéis su obra. Es una auténtica delicia.
Os dejamos con algunos de los mejores momentos de su último trabajo. Disfrutadlo.
Sara Lov. Sin duda, una de nuestras artistas favoritas y uno de los descubrimientos que más nos enorgullece haber realizado en EL BOSQUE. Los que nos seguís habitualmente lo sabéis… y mucho hemos tardado en invitar a nuestra casa a su nuevo trabajo.
Nos encanta tanto su etapa con Devics como su carrera en solitario y de ambas nos hemos hecho eco en este espacio. Incluso le hicimos participar en nuestra selección especial de vídeos relacionados con dibujos animados. Por ello, no es necesario que volvamos a redundar en hablar del trabajo de Sara Lov ni volver a expresar nuestra debilidad por esta artista, su música y su sutil voz. Os recomendamos que leáis los enlaces que hemos puesto en este párrafo.
Y siempre nos gustaron también mucho las versiones que Sara Lov realiza de temas de otros artistas: My Body Is A Cage de los Arcade Fire ha sido cabecera de nuestro blog durante mucho tiempo. Le recuperamos a continuación para todos vosotros:
Para su nueva producción, Sara ha tomado prestadas una serie de sus canciones favoritas de otros artistas y las ha mezclado con delicada esencia, adaptándolas a su propia personalidad.
Todas las canciones hablan de amor, protagonista de este disco llamado disco I Aready Love You (2011) y a nosotros nos logra enamorar de nuevo.
No os desvelamos la lista de canciones, mejor es que tengáis el placer descubrirlas por vosotros mismos. El repertorio es muy variado y todas son excelentes. En especial, nos ha sorprendido muy gratamente que se haya fijado en el disco 69 Love Songsde los Magnetic Fields (hace una versión del tema Papa Was a Rodeo), un disco triple con 69 canciones de amor y una de las joyas del pop de siempre.
El resultado obtenido con esta selección de canciones nos ha parecido más que satisfactorio, quizá se nos hace algo corto… y nos deja con la miel en los labios a la espera de nuevo material propio ya sea con Devics o en solitario.
Estamos disfrutando mucho con este disco, a pesar de que somos conscientes de que no inventa nada nuevo. Sara siempre sabe tocar nuestra fibra sensible y su timbre de voz es evocador. En la medida de lo posible deberíamos intentar, con la ayuda de Sara, que el amor sea el protagonista de nuestras vidas, en cualquiera de sus variantes, en cualquiera de sus manifestaciones…
Aquí os dejamos unos vídeos con la interpretación simplista -que no simple- de dos de esas canciones en directo, con la voz desnuda, sin arreglos y tan sólo arropada por tres instrumentos de cuerda y la percusión.
Hoy os traemos a un invitado muy especial. Una de esas maravillas que, lamentablemente, es muy difícil descubrir a no ser que te pases día y noche escudriñando incluso bajo los fondos marinos o a menos que alguien te dé un buen soplo… como ha sido nuestro caso, gracias a una buena y también especial amiga de EL BOSQUE.
Y en el momento que algo nos encanta, enamora, nos impacta o nos hipnotiza, aquí estamos de inmediato para compartirlo con todos vosotros. Amigos, queremos descubriros un disco llamado Solitary Man (2011)de Jonathan Jeremiah, cuyo nombre me cuesta escribir y siempre tengo que acabar comprobando si lo he conseguido poner bien...
A juzgar por la portada, no sería un disco que nos hubiera llamado la atención. Enseguida nos asaltan los malditos prejuicios que, en muchas ocasiones, no hacen sino ocultar la realidad y evitan que tengamos acceso a cosas que nos sorprenderían. Y esto no sólo sucede con la música, sino que es extrapolable a la realidad que vivimos cada día y a nuestras relaciones personales.
Pero volvamos con la música, que es lo nuestro. Y en este disco de Jonathan Jeremiah la hay a raudales y de qué manera. Os lo podemos asegurar.
Voz masculina, sugerente, cálida y muy convincente. Temas que desprenden melancolía con suntuosos arreglos orquestales junto con temas totalmente vigorosos, épicos y emocionantes, sonando a clásico, como si llevara un montón de discos a sus espaldas; contundencia, personalidad, canciones tremendas, muy bien construidas y magistralmente interpretadas, en general, alrededor de trinomio pop-folk-soul.
Podríamos hincharnos a dar referencias pero yo creo que lo mejor es escucharlo. Un disco de repertorio muy variado, bien estructurado y que no te va defraudar en absoluto. A mi me ha dejado con la boca abierta y creo que va a ser uno de mis discos favoritos para escuchar este verano…
Y mejor que tanta palabrería, que vanamente intenta describir lo difícilmente descriptible, os dejamos con algunos vídeos para que podáis comprobar por vosotros mismos la maravillosa música que alberga este disco.